La tripulación llegó a Londres, se infiltró en la base, se encargó de los traidores y ¡robó a Mechagodzilla! Ahora, solo les queda sacar de Londres esta monstruosidad mecánica de 60 metros... y evitar al Rey de los Monstruos. Por desgracia para ellos, Godzilla ya está furioso, y nada lo enfurece más que un impostor artificial. Lo que empezó como un atraco terminará como la pelea del siglo.